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jueves, 19 de enero de 2012

EL DERECHO EDUCATIVO Y EL MEDIO AMBIENTE

LAS NORMAS DE CONVIENCIA COMO SOPORTE AMBIENTAL

INTRODUCCION:
    La sociedad se rige por un sistema de reglas que permite a hombres y mujeres convivir. Dichas reglas expresan los valores de la gente y explican sus conductas.
     Mas de treinta años han transcurrido desde la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, celebrada en Estocolmo, Suecia, donde el Principio 19 de la Declaración Política de esa significativa reunión, recomienda impulsar procesos educativos sobre el medio ambiente, escolares y no escolares y dirigidos a todos los sectores y grupos de población para fomentar una toma de conciencia crítica sobre los problemas del medio y actuar en consecuencia.
     Uno se sigue preguntando por qué la educación ambiental continúa teniendo un lugar tan poco importante dentro de las Escuelas.
    No se ha tenido en cuenta hasta el presente su profunda dimensión social, es decir, cívica, de formación de ciudadanía, de participación en los acontecimientos que nos afectan todos los días.
     La educación ambiental es un puente natural para construir normas de convivencia que permita vivenciar día a día el proceso de cuidado del planeta.
     El tema ecológico representa un gran potencial para favorecer el vínculo entre la escuela y la sociedad. No sólo por tratarse de un tema de creciente importancia en la vida contemporánea, sino para promover compromisos para participar en el cambio social, mediante el desarrollo de competencias para la acción responsable, utilizando las normas de convivencia como el eje motor para conseguir la concientización de la Comunidad Educativa.
    Es preciso que el Derecho Educativo en la escuela nos ayude, por medio de la creación de normas de convivencia, a repensar nuestros hábitos y costumbres cotidianos, tanto en lo individual como en lo colectivo, para remodelar nuestras actitudes y comportamientos en tanto sujetos individuales como organizacionales e institucionales.
    Las personas aprenden lo que viven y eso exige un mínimo de congruencia entre lo que el Derecho Educativo prescribe por medio de las normas de convivencia y lo que hacemos, pensamos, sentimos y aprendemos diariamente con la práctica de las mismas.
    Hay que construir un plan de mejora continua de la calidad de las instituciones  educativas, a partir de comprometer a los distintos integrantes de la Comunidad Educativa  en la toma de decisiones sobre los asuntos ambientales por medio de los acuerdos de convivencia.
    La educación ambiental, debe ser concebida como educación cívica para la formación de ciudadanía; como una educación que implique buscar una mejor relación con el ambiente, pero en el marco de una mejor relación de convivencia entre los integrantes de la comunidad escolar.
    Se deberá entender que la educación es formadora de valores y competencias para una sana relación con el ambiente, y que esta educación debe estar plasmada en las normas de convivencia escolar.
    La finalidad de los acuerdos será cambiar hábitos e introducir una nueva cultura de convivencia en la vida escolar.
    Se debe capacitar a los docentes que encuentren dificultades para relacionar al medio ambiente con los contenidos de la materia que imparten.

LA IMPORTANCIA DEL MEDIO AMBIENTE
    El medio ambiente es de vital importancia para los pueblos. En consecuencia, el ser humano tiene que aprender y practicar conductas para conservar ese medio, para aprovecharlo sin destruirlo. Debe conocer cómo mejorar su potencialidad como fuente de recursos, sin crear un daño irreparable.
    Esto puede ser plasmado en las normas de convivencia escolar en cuatro actitudes fundamentales:
a)    Entender la relación entre la degradación del medio ambiente y las formas actuales de trabajarlo.
b)    Conocer su propio entorno y tomar conciencia de lo que significa vivir en armonía con él.
c)    Incorporar a la vida cotidiana actitudes positivas respecto del mismo.
d)    Ser capaces de utilizar los recursos en una forma adecuada, sin degradar el medio ambiente.


    Lo primero es llevar a tomar conciencia de que el deterioro ambiental se debe en mayor medida a las actividades humanas.
    Las normas deben resaltar la importancia de promover el desarrollo de valores y actitudes indispensables para la acción desde la escuela.
    Se debe reconocer que la participación en la creación de las normas es una opción para atender los problemas ambientales de la comunidad.
    Para formalizar los acuerdos de convivencia se debe realizar un análisis de lo que está sucediendo en la escuela; el papel del docente en el aula; el tipo de aprendizaje promovido entre los alumnos; la participación de la comunidad escolar y de los padres de familia, así como las condiciones del ámbito escolar como factor para promover un ambiente ecológico.

ALGUNOS ASPECTOS ECOLOLOGICOS A CONSIDERAR EN LAS NORMAS
    La importancia del agua y su uso, y también proponer estrategias para su ahorro y reutilización.
    Identificar y anotar los problemas de contaminación del aire que ocurren en su escuela y localidad, tomar en cuenta todo tipo de situaciones: emisiones industriales o de vehículos, presencia de polvo u otros tipos de partículas suspendidas, contaminación biológica, entre otros y proponer acciones para su eliminación.
    Evitar las causas de degradación del suelo.
    Promover y fomentar en la escuela una cultura ecológica y forestal participativa para preservar e incrementar las superficies arboladas y de pastizales.
     Si es posible en la escuela, disponer la construcción de un vivero en donde se apliquen técnicas apropiadas para la producción de planta sana y vigorosa. La producción de plantas puede iniciarse con semillas recolectadas en ambientes naturales.
    Determinar en las normas de convivencia que se puede hacer de manera individual y grupal para mejorar las condiciones del aula de clases, la escuela, la casa y la comunidad.
    Disponer el control de la energía que se utiliza diariamente y de la basura que se origina en la escuela y la eliminación inadecuada de desechos.

CONCLUSION
    En síntesis los acuerdos de convivencia sobre la ecología ambiental deben desarrollar en cada integrante de la Comunidad educativa una ética o normas de comportamiento que lo lleve a:
    a) Trabajar por el desarrollo y el uso adecuado de los recursos naturales, evitando o reduciendo la destrucción y contaminación.
    b) Buscar el mejoramiento de la calidad de vida para todos, erradicando la pobreza, el hambre, el analfabetismo y la explotación y dominación humanas.
    c) Rechazar el desarrollo y crecimiento económicos de una nación a costa de la destrucción y degradación de otra, y el consumo despilfarrador de una minoría a costa de las privaciones de la mayoría.
    d) Utilizar la tecnología para la supervivencia de la humanidad alargo plazo.
    e) Tener en cuenta las necesidades de las futuras generaciones, cuidando todos los recursos.
    Por medio de la participación en los acuerdos de convivencia debemos lograr llevar la educación ambiental más allá del conocimiento (conciencia y comprensión), la formación de valores y actitudes.
    En definitiva debería interesarles a los integrantes de la Comunidad Educativa como un proceso activo para reducir y resolver los problemas en contextos reales y específicos; y debería fomentar en el ámbito escolar la iniciativa, el sentido de la responsabilidad y el empeño de edificar un mañana mejor.