Pautas necesarias para lograr que la
comunidad educativa desarrolle una actividad democrática al momento de crear o
modificar las normas de convivencia.
Dejar de a lado el derecho individual
y transfórmalo en un derecho comunitario, colaborativo, humano y social al
dictar las normas de convivencia.
Las normas para su validez deberán
contener un objetivo de bien común, y ser aceptada por todos los integrantes de
la comunidad escolar.
La aplicación de la norma basada en la
coacción por el miedo, se debe transformar en normas que contengan sanciones
formativas y su cumplimiento se debe lograr mediante la concientización de que
el acatamiento de lo establecido es beneficioso para el bien común.
La construcción de las normas se
cimenta en valores de respeto por el otro, de solidaridad y cooperación y se
logra mediante un proceso basado en la tolerancia y la coordinación sistemática
de punto de vista diferentes.
El régimen disciplinario estructurado
en base del castigo se transforma en un proceso de aceptación por medio de la
concientización del infractor y la definitiva integración al objetivo de bien
común de la comunidad escolar.
Las condiciones que se requiere, de
todos los integrantes de la comunidad educativa, para lograr normas de
convivencia distintas a las actuales y que sirvan para construir una sociedad
en paz y armonía son las siguientes:
a)
La unidad de toda la comunidad escolar;
b)
La extirpación de la razón;
c)
La abolición de la violencia para resolver los
problemas;
d)
Compartir con estricta igualdad;
e)
Evitar la discriminación, la crítica y el
juzgamiento:
f)
Considerar al otro como a ti mismo;
g)
Preservar el medio ambiente;
h)
Erradicar el apego material;
i)
No sentirse superior;
j)
Tener una participación activa y continua.
a).- LA UNIDAD
La participación y la unidad de toda
la comunidad educativa en aras del bien común, es la base de la propuesta, ya
que la unidad es la naturaleza esencial de todas las cosas.
Para ello todos los integrantes de la comunidad
escolar deben participar y hacerse responsable de sus acciones y de su
conducta; concientizados que para convivir debemos escuchar al otro y entender
que lo que es bueno para el otro, es bueno para nosotros y por tanto lo que no
es bueno para otro, tampoco lo es para nosotros.
Todos los integrantes de la comunidad
educativa deben tener presente que lo que hacemos a otro nos lo hacemos a
nosotros mismo; y que lo que dejamos de
hacer por otro, lo dejamos de hacer por nosotros mismo.
Por tanto hay que erradicar
definitivamente es concepto humano de hacer cosas para molestarnos los unos a
los otros.
b).- LA “SIN RAZON”
Como segunda sugerencia para llevar
adelante un plan de normas de convivencia escolar, es abolir la necesidad
imperiosa y obsesiva de “tener razón”.
Esta creencia de que nuestro punto de
vista y nuestras creencias son las única verdad del universo y que debo de
cualquier manera imponerlo a los demás, a traído la mayoría de los conflictos y
violencia desatada en nuestra historia universal.
Es por esto que la base de la
convivencia está en la suprema tolerancia de todos y cada uno de los
integrantes de la comunidad escolar para saber convivir con criterios
diferentes, con culturas diferentes y con formas diferenciadas de opiniones subjetivas;
teniendo como premisa el valor del acuerdo basado en el bien común de la
comunidad educativa.
c).- LA NO VIOLENCIA
En este punto la formación educativa
es fundamental, ya que si adoptamos la cultura de la Paz en nuestra comunidad,
podemos cambiar la vida de cada uno de nosotros y transformar la sociedad.
Si pudiéramos reflexionar sobre la
inutilidad del uso de la violencia para dirimir nuestras disputa, nunca
utilizaríamos la fuerza o la violencia para resolver nuestras diferencias; si contemplaríamos
al otro, no como un adversario, sino como una persona humana idéntica a
nosotros, nunca los atacaríamos, porque comprenderíamos que estaríamos
haciéndonos daños a nosotros mismo, y que tarde o temprano sentiríamos el
efecto de lo que estamos haciéndole al otro en nosotros mismo.
En definitiva, esta conducta de amor
al prójimo debe surgir de la naturaleza profunda del ser humano y basar la
interrelación comunitaria en la bondad y el amor, erradicando del núcleo
social, todo atisbo de violencia, reemplazándola con la solidaridad, la
cooperación, la honestidad, la honradez y demás valores de la cultura de Paz.
d).- COMPARTIR POR IGUAL
Debe ser una premisa para la comunidad
educativa el fomentar la cooperación entre sus integrantes, los que deben compartir
por igual todos sus logros, deberían asegurarse que ninguno de sus integrantes
tenga carencias y si existieran, deben concurrir en solidaridad para
erradicarlas.
Deben formarse en la conciencia de que
para vivir en comunidad se debe compartir, que no hay que abandonar al otro,
para construir únicamente la propia felicidad personal, y que hay que
considerar al prójimo como alguien tan, o más importante, que uno mismo.
La esencia de las normas de
convivencia debe estar dirigida al bien común y no al bien propio, contemplando
el derecho y las aspiraciones de todos y cada uno de los integrantes de la
comunidad educativa.
e).- LA DISCRIMINACION Y EL
JUZGAMIENTO
En busca de lograr una comunidad
altamente evolucionada, debemos formar a sus integrantes en el respeto de las
diferencias multiculturales y la no discriminación, debemos ser todos
tolerantes y escuchar al otro, sin juzgarlo y sin aislarlo, reconociendo lo
diverso y propio de cada integrante de la comunidad y tolerando y respetando sus
diferencias individuales y culturales producto de sus creencias y evolución
consciencial.
Se formará a cada integrante de la
comunidad en ser honestos y responsables de sus acciones y solo buscar el bien
común, y en cómo lograr una interrelación sin juzgamiento, sin críticas ni
condenas.
f).- EL RESPETO POR EL OTRO
La base de la formación y
consolidación de las normas de convivencia escolares estará dada por la
“empatía”, esto quiere decir que debemos conocer los sentimientos del otro,
sentir lo que el otro integrante de la comunidad educativa siente y en todo
momento responder con amor a la aflicción del otro sujeto que comparte nuestras
acciones.
g).- PRESERVAR EL MEDIO AMBIENTE
El
medio ambiente es de vital importancia para los pueblos. En consecuencia, el
ser humano tiene que aprender y practicar conductas para conservar ese medio,
para aprovecharlo sin destruirlo.
Debe
conocer cómo mejorar su potencialidad como fuente de recursos, sin crear un
daño irreparable.
La
educación ambiental es un puente natural para construir normas de convivencia
que permita vivenciar día a día el proceso de cuidado del planeta.
El tema
ecológico representa un gran potencial para favorecer el vínculo entre la
escuela y la sociedad. No sólo por tratarse de un tema de creciente importancia
en la vida contemporánea, sino para promover compromisos para participar en el
cambio social, mediante el desarrollo de competencias para la acción
responsable, utilizando las normas de convivencia como el eje motor para conseguir
la concientización de la Comunidad Educativa.
Es
preciso la escuela nos ayude, por medio de la creación de normas de
convivencia, a repensar nuestros hábitos y costumbres cotidianos, tanto en lo
individual como en lo colectivo, para remodelar nuestras actitudes y
comportamientos en tanto sujetos individuales como organizacionales e
institucionales.
h).- ERRADICAR
EL APEGO MATERIAL
La base psicológica de todo
sufrimiento y duelo es el apego material a las cosas y/o las personas.
El apego y la dependencia se producen
porque nos sentimos incompletos; por lo tanto buscamos objetos, personas,
relaciones, lugares y conceptos para satisfacer las necesidades internas.
Como la utilizamos inconscientemente
para satisfacer una necesidad interna, llegamos a identificarla como propio.
Todas las cosas o personas a las que
nos apegamos y sin las cuales estamos convencidos de que no podemos ser
felices, son nuestro motivo de angustia que no nos deja ser felices.
Experimentamos la pérdida del objeto o
persona como una pérdida de una parte importante de nosotros mismo.
En algún momento descubrimos que
aquello a lo que nos aferramos es perecedero. Entonces tenemos que aprender a
soltar y dejar atrás, esas falsas creencias que nos producen angustia y no
ayuda para la convivencia.
i).- NO AFIRMAR SER SUPERIOR
La idea de que somos “mejores” en
cualquier forma que otro, es lo que nos ha permitido justificar nuestras
acciones de quitarle a otro lo que es suyo o no darle a otro lo que es nuestro.
Hemos compartido todo tipo de
atrocidades contra la humanidad con el razonamiento de que tenemos el derecho de
hacerlo, por nuestra raza, religión o nacionalidad “superior”.
Cuando otros usan la violencia contra
nosotros, nos sentimos víctimas, pero cuando usamos la violencia contra otros,
lo justificamos afirmando que nuestra razón es superior.
Debemos en definitiva, dejar de creer
que nuestra razón es superior y aceptar al otro empáticamente.
j).- TENER UNA PARTICIPACION ACTIVA Y
CONTINUA
Debemos lograr que el desempeño de la
comunidad educativa y su misión de crear
normas de convivencia escolar se basen la participación activa y
constante de todos, y se desarrollen en acuerdos, que permitan una comunidad
altamente evolucionada.
Esto se lograría con pequeños pasos día
a día, que transite una senda de unidad, reuniéndose en cada escuela para
consensuar las nuevas formas de “Ser”, sus posibilidades, sus desafíos para forjar un camino, que permita
que la humanidad viva junta en armonía sobre nuestro planeta.