El cumplimiento de la norma, debe basarse siempre en la
conciencia de todos aquellos a quienes comprende, que su acatamiento es
indispensable para lograr el bien común, es decir que todos se someten a la
disposición normativa porque saben que es lo mejor para todos en esos momentos
y porque todos compartieron su elaboración y aceptaron su validez.
Si la comunidad educativa logra este punto de vista,
capacitándose y participando en la elaboración y los acuerdos de convivencia,
el derecho va a evolucionar a un punto distinto del actual, ya que, en el
derecho vigente en la actualidad, la sanción es la ausencia de la
concientización.
Capacitar en la evolución de la conciencia para lograr el
cambio del derecho normativo en la escuela y por ende la proyección social, se
logrará si cultivamos, al momento de crear o modificar los acuerdos y normas de
convivencia, cualidades como:
• La apertura hacia el prójimo;
• La paciencia;
• La tolerancia;
• El valor de escuchar al otro;
• La cooperación;
• La aceptación de las diferencias.
La comunidad educativa debe concientizarse sobre la
inutilidad del ejercicio de la violencia; deben aprender a defender sus
derechos sin apelar al conflicto y a la confrontación y adquiriendo estos
hábitos para toda la vida.
El Plan de Derecho Educativo para la Convivencia Escolar
(PDECE), propone enseñar a los integrantes de la comunidad escolar a enfocar
los desacuerdos de manera diferente, pensando en forma positiva y aprendiendo
el control de las emociones.
Hoy hablamos mucho sobre la calidad de la enseñanza, sin
advertir la existencia de una deficiencia diferente y más alarmante, el llamado
por Daniel Coleman el “analfabetismo emocional”.
Y en tanto se formalizan estupendos esfuerzos para elevar
los niveles académicos, esta nueva y conflictiva deficiencia escolar no está
contemplada en los programas educacionales. Signos de esta deficiencia pueden
ser observados diariamente traducidos en violencia.
Hay mecanismos que están anclados en el ser humano, porque
nos han servidos para sobrevivir millones de años; pero que hoy debemos
trabajar diariamente en las escuelas para lograr enseñar a liberarse de
prácticas como el deseo, el ansia de dominio y el miedo, todas ellas emociones
negativas que generan discordia y confrontaciones entre los seres humanos.
Krishnamurthi decía que tal como están las cosas en el
mundo, con sus divisiones partidarias, religiosas y sociales, más la presión
mundana llena de ignorancia, pasado y miedo, tener hijos y criarlos de acuerdo
a las condiciones habituales en el mundo, el sistema escolar, a la información
hueca exigida, era crearlos para el matadero, para que fueran pasto de las
armas y los odios de uno u otro bando, de los fundamentos dogmáticos e
ideológicos y de las exigencias absurdas.
En definitiva, no podemos educar para el conflicto y la
confrontación, siguiendo con la enseñanza diaria de que elijan un bando y otro,
un equipo u otro, un grupo, un partido, un dogma, una creencia que produzca el
rompimiento de la unidad y la paz.
Considero que la formación de la humanidad en la unidad, es la
herramienta necesaria para lograr que desaparezcan plagas sociales, como la
violencia actual; la única manera de poder mejorar la convivencia, logrando por
siempre la armonía y la paz.