Cuando hablamos de una nueva escuela debemos imaginarnos una
escuela espiritual y emocionalmente distinta a la que conocemos, donde se vive
todos los días sin juzgar a los demás, sin criticar; donde no sentimos la necesidad
de tener razón, ni de decirle a nadie que está equivocado; donde te respeta a
ti mismo y a los demás y todos ellos te respetan a ti.
Usemos al Derecho Educativo para crear una escuela distinta,
destinada a convivir con paz y tranquilidad, con mucho amor incondicional hacia
todos los integrantes de la comunidad educativa, un lugar donde no te apegas a
nada, no temes ser rechazado y no sientes la necesidad de ser aceptado para
estar feliz.
Aunque parezca algo utópico o ideal, se puede lograr, las condiciones
para hacerlo es cambiar nuestro punto de vista, nuestra forma de ver las cosas
y controlar las emociones toxicas.
Solo vivir en el amor incondicional te traerá paz interior y
cambiará tu percepción de todas las cosas.
Abrirnos a los sentimientos positivos y aprender a
trabajarlos a las emociones toxicas, es la clave para concretar una escuela
distinta con relaciones interpersonales más auténticas.
Esta forma de escuela es posible y está en las manos de cada
uno de los integrantes de la comunidad educativa poder lograrlo.
Hoy se conoce como educación integral aquella que ve al
sujeto de manera total, teniendo en cuenta su pensar, su sentir y su hacer.
Una de las partes importantes para el niño escolar, es la
construcción de su propia imagen, ya que es un hito fundamental de su
evolución.
Nuestra sociedad de consumo intenta permanentemente que la
escuela no cambie, que no maduremos, que siempre nos definamos a partir de la
mirada de los otros, para así convencernos y vendernos sus productos constantemente.
En nuestra cultura los medios de comunicación masiva nos
enseñan que debemos ser como los modelos expuestos por los medios
audiovisuales, y, de este modo nos señala los productos que debemos consumir
para lograrlo.
Asumamos que no somos los dueños de la verdad, y que el otro
no está equivocado, sino que cada uno puede pensar, sentir y vivir de modo
diferente, aceptándonos los unos a los otros, aprendiendo a integrarnos y
convivir sin exclusiones.
No permitamos la masificación, enseñemos en la escuela que
no somos idénticos a un modelo, formemos conciencia en los educandos de ser uno
mismo y sentirnos felices con nuestra identidad, a sentirnos únicos,
irreemplazables e irrepetibles, es decir perfectos.
EL DERECHO COMO
INSTRUMENTO DEL CAMBIO SOCIAL
El Derecho Educativo es la llave para ayudar al cambio de
aptitud en la comunidad escolar. Las normas de convivencia constituyen técnicas
de motivación social, o sea instrumentos para inducir a los humanos a
comportarse de determinada manera.
Los acuerdos tienen por objetivo la construcción de
consensos por parte de la comunidad educativa.
El fin principal de crear acuerdos es el de reemplazar toda
norma impuesta en forma autoritaria desde el exterior de la unidad escolar con
obligación de acatarla sin haber participado en forma directa en su
elaboración.
El Derecho Educativo traducido en acuerdos de convivencia
construye puentes en las relaciones interpersonales de la comunidad escolar.
El Plan de Derecho Educativo para la Convivencia Escolar
(PDECE) aconseja que para lograr acuerdos de convivencia se debe trabajar en
talleres que enseñen valores, y que el objetivo es el bien común y el respeto
al libre albedrío.
El fin de las normas de convivencia no es la información de
los integrantes de la comunidad educativa, sino la transformación personal de
cada uno de ellos.
No es la instrucción por medio de lo dispuesto literalmente,
sino la construcción de entendimientos interpersonales, el objetivo real de los
acuerdos.
Todo esto debe completarse cuando al volver a sus casas, en
familia, en la vida diaria, se pone en práctica lo aprendido en los acuerdos de
convivencia aceptados.
El Derecho Educativo debe ser un instrumento para la unión
de la comunidad escolar y no para el juzgamiento y la sanción.
Para evitar formular normas incorrectas el integrante de la
comunidad educativa debe despojarse de razones e intereses personales o
corporativos, usar la empatía y los valores previamente concertados, dejando de
toda creencia, o todo contenido ideológico y dogmático.
En forma de síntesis debemos decir que para eliminar la
violencia y pacificar las escuelas, debemos aprender a SER y a convivir
teniendo presente que debemos educar a eliminar:
1)
La competencia.
2)
El conflicto.
3)
La confrontación.
4)
El juzgamiento.
5)
La Sanción.
6)
El individualismo, traducido en premio al mejor.
7)
El autoritarismo
.
8)
La manipulación por medio del premio o del
castigo.
9)
No quejarse.
10)
No culpar.
11)
No amenazar.
12)
No perseguir
.
13)
No criticar.
14)
No sobornar.
15)
Eliminar las diferencias de todo tipo
priorizando la inclusión.
En definitiva para terminar: pacificar la escuela significa acostumbrarnos
a no permitir que nos controlen ni querer controlar a las personas que nos
rodean, imponiendo puntos de vista, sino tomar conciencia de que las normas de
convivencia que participamos y aceptamos, las hemos creado para lograr el bien
común y son lo mejor para mí y para los demás.
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