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lunes, 5 de marzo de 2018

LA EDUCACIÓN Y LAS CREENCIAS


En la primera infancia, se desarrolla un proceso en el cual los niños incorporan frases, ideas y creencias que provienen de los padres, de la escuela y de la sociedad.
                
Ese ser libre que somos, nuestro libre albedrío, se ve tutoreado, dirigido, ordenado por otros seres humanos que nos trasmiten su forma de sentir, pensar y hacer.
                
Esa sumatoria de ideas y conceptos van a ir constituyendo nuestras creencias, a partir de las cuales iremos construyendo nuestras vidas.
               
Nuestras creencias van a ir definiendo, el lente con el que vamos a observar y percibir el mundo que nos rodea.
                
La escuela debe trabajar con nuestro “Ser” y enseñar a los alumnos a revisar esas creencias incorporadas a su vida y no contribuir a incorporar nuevas creencias.
                
Si revisamos esas creencias, iremos sintiendo que son muchísimas las ideas que tenemos gravadas y que no tienen nada que ver con lo que en realidad sentimos.
                
Es cada vez más difícil ser docente, porque hay que estar muy capacitado para transitar el escabroso camino que va entre educar y el generar las condiciones para el nacimiento de un “Ser” libre e individual.
               
Una regla que debemos superar es sostener que la cultura se va transmitiendo de generación en generación.
               
La escuela y los padres quieren que los niños compartan los valores esenciales con lo que fuimos criados y formados nosotros. Pero puede haber valores que sean apreciados de diferente manera por nuestros niños.
                
Si educamos en el libre albedrío y no con los métodos de la escuela “Prusiana”, no debemos imponer a nuestros educandos, ideas, dogmas y creencias que nos fueron impuestos en el pasado.
                
En la escuela de hoy, el docente debe estar preparado para ayudar a los niños a revisar sus creencias con mucha apertura, con mucho amor y de esa forma enseñar a vivir mejor.
                
El docente debe estar preparado para acompañar a los niños a descubrir y darse cuenta en qué medida actuamos basados en satisfacer necesidades y valores que nos fueron impuestos en beneficios de terceros (Ej. Tener, retener y acumular bienes materiales, el consumismo etc.).
                
La escuela tiene que dejar de ser un instrumento que sirva como herramienta para transmitir creencias basadas en necesidades y valores con lo que no coincidimos, porque no sirven ni ayudan al bien común y sirven solamente para apetencias individuales o sectoriales.
                
La educación debe servir para crecer y evolucionar consciencialmente, esto implica advertir cuales son nuestras creencias, revisando y corrigiendo aquellas que nos complican y no nos ayudan a vivir en comunidad.
                
El Derecho Educativo debe acompañar a la escuela a plantearse en qué medida está sirviendo hoy, para sostener intereses individuales o corporativos en perjuicio de la comunidad.


               

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